Medellín, Colombia, es una ciudad que posee un legado histórico muy arraigado al narcotráfico, ya que gran parte de su desarrollo se debe al auge que tuvo a partir de la época de los 80, dicho fenómeno y que a su vez se a ido extendiendo a todo el país, por lo cual se desarrolla un análisis crítico principalmente en las características estéticas y éticas frente a este fenómeno tan presente en la sociedad antioqueña.

El termino ART DECO precede a la expresión del narc deco, ya que este comprende de una forma estética procedente de la burguesía la cual enfatizaba en una tendencia hacia la decoración de era considerada como un arte sin criterio ni principio, estableciendo su auge alrededor de los años 20 en países europeos como Francia y Austria, llegando a incidir en temas como la moda, decoración, diseño industrial, diseño gráfico e incluso la arquitectura.

Por su parte el Narc Deco no consta de una raíz específica, pero si en una alusión determinada a el narcotráfico, y su expresión estética la cual se puede ver actualmente en la moda, literatura, series de televisión, e incluso como un gusto popular, lo cual a pesar de tener su mayor evidencia en la ciudad de Medellín es muy poco nombrado este término.

En este texto busca ver más allá del legado del narcotráfico como afluencia a las drogas y la política, si no a su vez como un legado histórico y cultural que se desarrolló en este contexto. En la arquitectura el legado de este fenómeno se ha visto en la ostentación de algunas fachadas e interiores, e incluso en nuevos mecanismos de tecnología para suplir lo que para los narcotraficantes era necesario, tales como vidrios con blindaje, nuevas materialidades, e incluso la reinvención de los espacios internos y externos que se pueden potenciar. Un gran ejemplo de un aporte no solo social y cultural si no también ecositemico se da en la hacienda Nápoles, la cual fue heredada al estado y se caracteriza como uno de los más icónicos y representativos espacios de lo que denomina el Narc Deco.

Así mismo se puede ver el llamado Pablo Tour o ruta del Narc Deco, que se han promovido como un atractivo turístico para incentivación de nuevos paisajes dentro de este predio, mostrando donde se originaron diferentes actividades por uno de los mayores narcotraficantes del mundo, Pablo Escobar.

A pesar de los aportes que de alguna forma a dejado el narcotráfico, no puede opacar la ola de tristeza y sicarito que trajo a cabo, ya que su impacto negativo, genera la incertidumbre y la negación que aún tiene en la sociedad, al ser la protagonista de un legado que ha manchado la cultura colombiana, trayendo consigo los condicionamientos de la ética por encima de la estética que pudo traer.

Es así como el Narc Deco busca mostrar de una manera distinta el narcotráfico y resaltar que su único horizonte no es el comercio de la droga, la corrupción política o la estética ligera, si no que su campo analítico es más grande y se puede ver desde el punto de vista arquitectónico, de moda, popularidad, entre otros; esto sin dejar de lado los límites éticos que lleva consigo, encubriendo la violencia.